El golpe del 76 en primera persona

Cuando se habla del Golpe Militar de 1976, muchas son las voces encargadas de hacer memoria. En este blog quisimos hacer memoria recuperando las voces de los que hoy tienen que transmitir esa historia a sus hijos. Voces que cuentan el día a día en la dictadura, lo cotidiano. Voces que se suman a otras. Voces que la memoria recupera y reconstruye para contar esta historia. Voces que esperan otras voces. Voces de padres a hijos. Voces, en primera persona.

Nombre: MónicaJ.
Ubicación: Buenos Aires, Argentina

30.9.06

"Promediaba el año 77..."

Promediaba el año 77, y en el ambiente se olía un clima algo “enrarecido”, casi todos los días nos contaban que alguien, algún conocido, o el hijo de algún vecino, desaparecían, o lo venían a buscar, y simplemente terminábamos en comentarios, diciendo “algo habrán hecho”. Hacía unos meses que un amigo me había dicho que tenía que mudarse y que donde se iba era un lugar más chico y que no podía llevarse todo y me pidió si podía dejar en mi casa una valija con cosas, le contesté que sí, y que no había problema. En esa época era difícil tener “20 y pico” sin que dudaran de uno.

Yo no le di importancia, pero mis viejos comenzaron a indagarme por esa valija que ya hacía varios meses que estaba ahí: ¿De quién es?, ¿Quién te la dio?, ¿Qué tiene adentro? Bueno, no tuve otra alternativa que mirar lo que tenía, ya hacía bastante que no tenía ningún contacto con el dueño. La valija tenía bibliografía, Libros de Marx, algo de Mao y algunas publicaciones del partido socialista, documentación muy cuestionada para esa época. Mis viejos pensaron que era conveniente deshacernos de esa documentación, por las dudas, era algo comprometida y no podía devolverla.

Mi viejo, un día, aprovechando que llevaba a pasear a la perra al campito cerca de la vía en la estación Villa Luro, llevó la valija con la documentación y cuando se disponía a quemarla, escuchó sirenas que se le aceraban por todos lados, coches de la policía, falcons verdes, y hasta los bomberos. Mi viejo empalideció y se quedó duro con el fósforo en la mano pensando qué podía decir...

Resultó que justo habían hecho una denuncia por encontrar un paquete en las vías del tren y podía ser una bomba, que en ese momento también era muy común que aparecieran bombas por cualquier lado. En resumen, revisaron el paquete, comprobaron que no había bomba y se fueron. A mi viejo le duró el susto varios días, pero a todos las penas nos duraron muchos años.

Papá de Tomás