El golpe del 76 en primera persona

Cuando se habla del Golpe Militar de 1976, muchas son las voces encargadas de hacer memoria. En este blog quisimos hacer memoria recuperando las voces de los que hoy tienen que transmitir esa historia a sus hijos. Voces que cuentan el día a día en la dictadura, lo cotidiano. Voces que se suman a otras. Voces que la memoria recupera y reconstruye para contar esta historia. Voces que esperan otras voces. Voces de padres a hijos. Voces, en primera persona.

Nombre: MónicaJ.
Ubicación: Buenos Aires, Argentina

1.10.06

"Es difícil remontar tantos años atrás..."

"Es difícil remontar tantos años atrás, hacia una época tan oscura de nuestro país.
Recién después de muchos años, (y aún hoy), me enteré y me sigo enterando de todo lo que podría haber vivido o estudiado y “no me dejaron hacerlo”.
No tenía mucha conciencia de lo que pasaba, eh…, sí me acuerdo que era un momento caótico en nuestro país. Escuchaba los noticieros o leía la revista Gente, que en ese momento solían comprar en mi casa; ¿dónde quedé?...Ah sí, escuchaba o leía las noticias de bombas o muertes y eso me daba miedo. No entendía muy bien, sí sabía qué le pasaba a funcionarios o dirigentes sindicales. Una noticia que me impactó y aún recuerdo, es la de una bomba que habían puesto en una casa y explotó en la habitación de la hija de un funcionario y la mató. No recuerdo el nombre, pero sí me quedó grabado el hecho.
Y, de repente, un día cortan un programa de televisión y aparece una voz, que después escuché por años, que decía: “Comunicado nº 1”. Ahí anunciaban que se había instalado la Junta Militar y daban una serie de indicaciones.
Las que me acuerdo, porque eran las que me tocaban de cerca por la edad, ¿Te dije que tenía doce años?, son el toque de queda, que no podían reunirse más de tres personas en la calle y sobre todo recuerdo la pregunta de mis papás: ¿Llevás documento? Bah, esto no tiene nada que ver con el comunicado, pero era así, no podías salir sin el documento.
Un año después comencé el secundario. Fue una educación bastante estricta.
Cuando pasó todo, sabía que había cosas que podría haber estudiado, pero recién me di cuenta de todo lo que perdí cuando empezaron ustedes el secundario. Por eso a veces te pido los apuntes para leer, porque no me doy por vencida.
En esa época controlaban mucho lo que se enseñaba en las escuelas. En la mía particularmente no pasó, pero recuerdo una anécdota que contaba Mary, ¿te acordás de mi amiga de la infancia? Tenía un compañero que siempre estaba aislado, que no se unía al grupo, apenas contestaba si le preguntaban algo y siempre escribía, constantemente. Después nos dimos cuenta de que era un “Buchón”, así les decían a quienes iban a controlar que respetaran los temas que se podían dar en las escuelas.
Eh… ¡Ah, sí! Otra cosa que recuerdo es de la época que hicieron la autopista. Había venido una cantante italiana y cuando la llevaban de Ezeiza al hotel, vio tantas casas derrumbadas que no quiso quedarse; tomó el primer avión de vuelta y empezó a decir en Europa que era cierto, que acá estábamos en Guerra, que moría gente, que nadie viniera a nuestro país (porque era la época del Mundial de fútbol).
Después mi adolescencia fue normal, uno era como inconciente de lo que pasaba. Una vez volvía a mi casa en colectivo desde el colegio, que quedaba en Flores, y nos paró la policía, nos hicieron bajar, nos palparon, nos pidieron los documentos y nos revisaron las mochilas o carteras. Fue un momento de nervios, pero como no tenía nada raro me dejaron subir otra vez. Recuerdo que a un muchacho lo dejaron abajo (yo pensé que él no tenía documentos, como en casa insistían tanto con eso). Tampoco podía anotar en mi agenda nombres o números de gente que apenas conocía. Yo no sabía bien porqué, pero como era obediente y no me revelaba, lo hacía y no indagaba más. Tampoco me movía en círculos donde hubiera gente desconocida. Era como que uno seacostumbraba y ya ni los comunicados nº tanto resultaban extraños.
La que sí viví con más conciencia y dolor fue la época de la Guerra de Malvinas. Yo ya estaba estudiando en el profesorado, tenía novio, no en edad del servicio militar, pero sí podían llamarlo si necesitaban gente. Un amigo nuestro fue llamado, ¡pobre! No recuerdo bien qué le tocó, creo que oficinas, pero sí sé que no fue al sur.
El sobrino de una profesora nuestra fue a la guerra, ¡pobre mujer!, venía destruida al profesorado, había días que no podía dar la clase. ¡Cómo lloramos con ella! Un martes llegó y nos contó que el sobrino había muerto. ¡Mirá como habrá sido que hasta el día de hoy me acuerdo!
Hay otro día que no olvido más, ya trabajaba, ¡Llovía! Torrencial era esa lluvia. Hacían el sorteo para el servicio militar y sorteaban a mi hermano.
Las líneas estaban ocupadas y no podía comunicarme por teléfono. Entonces le di el número a la portera y la pobre santa escuchó en la radio que se había salvado. ¡No sabés qué alegría cuando me vino a avisar! Y mi papá, que no sabía esto, vino a avisarme al colegio, creo que de la alegría que tenía él también, porque si no es una locura venirse con el agua hasta la rodilla…
...Y bueno, después ya vino la época de los partidos políticos, la alegría de votar y el comienzo de la democracia. Lo bueno de que vos sepas todo esto, es que quede en la “memoria” de todos, los que lo vivimos y los que no, para que no suceda nunca más".

Mamá de Belén